III.- "CONDE GRIS SOBRE FONDO OBSCURO"
a modo de introducción...
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El lector del diario ABC que en la mañana del sábado 25 de julio de 1936 abriera sus páginas encontraría, lo primero de todo, numerosas y variopintas noticias de cómo las fuerzas leales a la República y las diversas milicias populares de la CNT, de la FAI, de la FIJL … (y más que habían surgido como setas tras lluvia de otoño, al fin y al cabo cualquiera ensalada de letras vale), estaban dando buena cuenta, en todos los frentes, de las fuerzas facciosas sublevadas contra la República. Su derrota era sólo cuestión de muy, muy poco tiempo, vamos… de unos pocos días…. ![]()
Si nos adentramos algo más, en las páginas interiores, nos enteramos -a toda plana- de que el papel de fumar BAMBÚ sigue siendo el favorito de los españoles para liar sus cigarrillos de picadura, sea la simple "picadura", bien la "picadura selecta" o la de mayor calidad, la de "picado fino superior". También nos enteramos de que este mes de julio no está siendo particularmente caluroso y que las temperaturas máximas en Madrid no sobrepasan los 34,4 grados centígrados. Es calor, pero no tanto como el que en otras ocasiones transforma el Madrid veraniego en un auténtico horno infernal. Y también nos enteramos de que el Ministro de la Gobernación, a la sazón y por pocos días, el militar republicano Sebastián Pozas Perea, ha prohibido la circulación de vehículos con personas armadas, cualquiera fuera su clase y que los que incumplan esta normativa serán declarados "elementos perturbadores" y sometidos a las sanciones máximas que establezca la ley. |
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Lástima que algunos de esos "elementos perturbadores", aunque evidentemente no del signo para los que se había dictado la citada prohibición, un grupo de "asesinos perturbadores" no hubiera tenido empacho en raptar a un anciano de 74 años el día anterior, a plena luz del día y a la vista de su aterrada esposa, tenerlo retenido durante unas horas en cualquier siniestro lugar de aquel siniestro Madrid y esperar a la caída de la noche para -en un vehículo "con personas armadas"- darle un "paseo" por las avenidas en construcción de la Ciudad Universitaria, dispararle un tiro en la nuca y arrojar su cadáver al borde de la calzada, en Madrid, distrito de Moncloa. En las primeras horas de la mañana de este 25 de julio alguien ve el cadáver, avisa a la autoridad gubernativa y es llevado al depósito habilitado en el Cementerio Municipal de la Almudena. Seguro que no fue el único de aquel fin de semana. |
A media mañana de ese sábado 25 de julio alguien llama por teléfono a la casa palacio del Paseo del General Martínez Campos, número 25, para dar la terrible noticia. El trágico asesinato de Ildefonso Pérez de Guzmán el Bueno y Gordón corona a un nuevo Marques de Santa Marta, el X, a un nuevo Marques de la Torre de Esteban Hambrán, el X, a un nuevo Conde de Torre Arias, el VII; la tragedia ofrece una triple corona a su primogénito y único hijo vivo, a Alfonso Pérez de Guzmán el Bueno y Salabert, Gordón y Arteaga, un conde que ya es gris y que vivirá siempre sobre un fondo obscuro. ____________________________________________________________
y entrando en materia...
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Volveremos a encontrar al Conde, de forma gráfica, en la boda de su hija Tatiana, a finales de junio de 1949. Tatiana, no particularmente agraciada físicamente y que había heredado la timidez y cortedad de su padre hasta extremos difícilmente imaginables, casó con un oscuro joven procedente de la burguesía cántabra, Julio Peláez Avendaño, cuyo mayor conexión con la aristocracia era que uno de sus hermanos, Jaime, habría de contraer matrimonio con Cristina Navarro, hija de José Navarro Morenés, militar profesional y Conde de Casa Loja, que en los Juegos Olímpicos de Ámsterdam -en 1928- y de Londres -en 1948- formó parte del equipo hípico que ganó sendas medallas en la modalidad de saltos. El Conde de Casa Loja fue el Jefe de la Casa Civil del General Franco entre los años de 1968 y 1974. |
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Las referencias hagiográficas del Sr. Peláez nos lo presentan como "físico de profesión" o "ingeniero en ciencias físicas" titulación que en absoluto existía en aquellas fechas, sin que sus mismos autores se arriesguen a afirmar rotundamente que el joven novio detentase una real titulación académica de nivel superior. En las dos imágenes sobre estas líneas podemos ver la nota social comentando el matrimonio y una fotografía de los novios, con nuestro Conde al fondo vistiendo el uniforme de Maestrante de Sevilla, a la llegada al convite celebrado en la Quinta Torre Arias después de la ceremonia religiosa. Y un par de interesantes apuntes acerca de los asistentes y testigos. Ninguno de ellos pertenece a la familia Figueroa -la familia Romanones-, sin embargo entre ellos vemos al Marqués de Espeja, Ramón Narváez, el fiel amigo además de primo, al que muy pronto volveremos a ver entrar en escena. |
En la inmensa catarata de artículos periodísticos que se escribieron a la muerte de Tatiana, en 2012, prácticamente en todos ellos -cada uno de ellos copia más o menos descarada de los otros- figura que La Quinta y sus extensos terrenos adyacentes fuero heredados por la Condesa a la muerte de su padre, en 1977. Craso error, la Quinta y los terrenos fueron una donación del Conde a su hija, donación realizada el 18 de febrero de 1948, meses antes de su matrimonio. ¿Por qué esta donación anticipada, si Tatiana era la única heredera y por tanto en su día recibiría la totalidad del patrimonio familiar? Una lógica presunción nos llevaría a pensar que la madre de Tatiana, posiblemente ya enferma, quiso garantizar el futuro de su hija ante un posible segundo matrimonio del Conde. De hecho las relaciones entre los dos esposos parece que no habían sido particularmente afectuosas, nada de extrañar si consideramos el origen de la misma y su duro trascurso a través de los años. Anna Juliana Seebacher Muller, la Condesa, esa gran desconocida, fallece en Madrid el 30 de abril de 1951. Su partida de defunción nos aclara que aunque alemana -o austriaca- de nacionalidad, había nacido en la pequeña localidad suiza de Wil, muy cerca del lago Constanza, allí donde las fronteras de Alemania, Austria y Suiza prácticamente se funden. |
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Es más que probable que los restos del hijo muerto durante la guerra civil, Alfonso "el hijo de la nanny", no fueran transladados al panteón familiar de la Sacramental de San Isidro, una vez acabada la contienda, por la firme oposición de la madre. Quizás ya entonces meditó y decidió el no querer tener su último descanso en el mismo lugar que la familia de su marido y por contra reposar junto a su primer hijo. Así a su muerte deja expresa orden de ser enterrada en San Sebastián, como figura claramente especificado en el cuerpo de su esquela. Si Anna Juliana tenía algunas prevenciones acerca de que un nuevo matrimonio del Conde tendría lugar rápidamente después de su muerte acertó plenamente. Estos temores se vieron prontamente confirmados, pues antes de que llegue su segundo aniversario, concretamente el 22 de marzo de 1953, el Conde vuelve a decir el "Sí, quiero". |
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En la década de los 40 los lectores de periódicos pertenecientes a cierto nivel social, lo primero que hacían al iniciar la lectura del correspondiente ejemplar era hacer un obligado y fúnebre recorrido por la lista de fallecidos, o recordados, cuyas esquelas, en variados tamaños según importancia del finado o poder adquisitivo de sus deudos, ocupaban buena parte de las páginas finales del tabloide. Una imagen al respecto nos ilustra de las dos circunstancias del Conde en aquella época: una, su "excesiva" preocupación por sus dineros y otra, su poca o nula relación con su hija Tatiana. Con motivo del segundo aniversario de su esposa y madre, respectivamente, se publican en el diario ABC dos separadas e independientes esquelas recordándola. ¿Adivinan ustedes quin encargó y pagó las más pequeña, la más económica? |
Después de la fecha de este segundo matrimonio, la nada, el vacío casi absoluto sobre el trascurrir del mismo. Sabemos sólo alguna anécdota ilustrativa como que el conde, particularmente mirado con los dineros -como reiteradamente hemos comentado- solía recorrer los bares y tabernas de la zona de Chamberí, próximos a su domicilio, buscando aquellos que ofrecieran el "menú del día" más económico. También el testimonio actual de otra persona mayor, también residente en Canillejas, nieto de una modesta costurera de barrida que recuerda al Conde en casa de su abuela llevando trajes para que se los reformara o adecentara.
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Todo parece indicar, por muy sólidas referencias que hemos conseguido, que la relación entre en Conde y su segunda esposa fue la normal en un normal matrimonio, con algunos y lógicos altibajos en los que Belén Ortíz y Urquijo ("la vasca", apelativo con el que se referían a ella en la familia Romanones) viajaba al Pais Vasco en solitario para largas estancias con su familia en Bilbao y en su querida San Sebastian. Cuando la salud del Conde empeora ya de forma definitiva se produce un acercamiento entre Alfonso y su hija Tatiana y así podemos encontar a esta acompañando a Belén, su "madrastra", cuidando conjuntamente al VII Conde en sus últimos días, que Alfonso pasó internado en la Clinica Los Nardos (la mejor institución hospitalaria privada madrileña de la época) y en donde falleció el día 22 de octubre de 1977, en plena transición política; cuatro meses más tarde de que se celebraran las primeras elecciones libres en España despues de la guerra civil. |
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La muerte del VII Conde es el penúltimo acto de la desaparición, por línea directa, de una de las familias aristocráticas que más relevancia tuvieron en la España cortesana del primer tercio del siglo XX. La vida del Conde pudo ser un recorrido jalonado por hitos dignos de ser recordados; medios y tiempo, 87 años, tuvo para lograrlo o al menos para intentarlo. Quizás una dedicación para evolucionar y optimizar la agricultura de su vastísimo patrimonio rural, quizás la mejora de la ganadería existente en las mismas, ¿por qué no necesarias obras sociales o de beneficencia en una deprimida Extremadura…. un hospital rural, una casa cuna?....algo de algo. Pero fue una vida en que sus hitos, los mojones del estrecho camino por el que discurrió fueron solo esquelas, recuadros orlados en negro, letras negras recordando la pertenencia de vacíos títulos nobiliarios, de vacías grandezas de España... ... un conde gris sobre fondo obscuro, sólo eso... |
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Pero tras su muerte, aun se nos reserva una sorpresa. La popularización de Internet, que comienza seriamente allá por el año de 1996 nos trae una noticia, una noticia machaconamente difundida a través de las numerosas WEB´s con contenido genealógico que se sustentan en "la nube", en el "data cloud", como dicen los chicos que dominan el inglés. Sorpresa, sorpresa !! Resulta que, según los datos de esas WEB´s, el VII conde de Torre Arias había contraído un tercer matrimonio del que había nacido un vástago: Alonso Pérez de Guzmán el Bueno y Mugüerza García-Moreno. ¿Cierto? ¿ Falso? Pero el análisis de esto puede ser objeto de una nueva entrega. Como dicen en las series americanas de TV: … TO BE CONTINUED….. |